Quentin Tarantino recuerda el fracaso de Grindhouse y cómo afectó a su confianza
Redacción • 30/09/2025
Con motivo de la doble función de Hallow Road y Vincent debe morir en los cines AMC, Quentin Tarantino rememoró uno de los episodios más duros de su carrera: el fracaso de Grindhouse, el experimento que unió su Death Proof con Planet Terror de Robert Rodríguez.
El director de Kill Bill reconoció en el Festival Internacional de Cine de Burbank que este tropiezo lo marcó más de lo que nadie podría imaginar:
«Sacudió mi confianza. Trabajas muy duro en una película y llega el fin de semana de estreno; la gente va a verla o no. En aquel entonces, no lo hicieron. Pensábamos que el público nos seguiría con cualquier cosa, pero no fue así. Sentí como si el público fuese mi novia y estuviera cortando conmigo».
El fracaso de Grindhouse
Estrenada en 2007, costó alrededor de 67 millones de dólares, pero en su primer fin de semana apenas alcanzó los 11,5 millones.
Ante la situación, Tarantino buscó el consejo de dos de sus maestros: Tony Scott y Steven Spielberg.
«Me dijeron: ‘¿Hiciste la película que querías hacer? Sí. ¿Estás contento con la película que hiciste? Sí. Bueno, hay mucha gente que no puede decir eso. Piensa en lo afortunado que eres de trabajar en lo que amas y de poder rodar las películas que quieres. A veces el público las entiende, a veces no’».
Spielberg, además, le dio un consejo que se convirtió en una especie de profecía:
«Me aseguró que mi próxima película sería un éxito, y que gracias a este fracaso la disfrutaría más que todos mis otros éxitos juntos».
Y así fue: en 2009, Tarantino estrenó Malditos bastardos, que debutó con 38 millones de dólares en taquilla y terminó acumulando más de 321 millones a nivel mundial.